5 motivos por los que los CEOs apuestan por invertir en formación de idiomas
- Estrategia corporativa de formación en idiomas
- Comunicación Transformativa
El argumento a favor de invertir en formación de idiomas es muy sólido. Cuando las empresas convierten los idiomas en una prioridad corporativa, abren la puerta a los mercados internacionales e invierten en el futuro de su negocio. Las habilidades de idiomas suponen una ventaja estratégica para la empresa que resulta crucial para la globalización del negocio. ¿Quieres proporcionarles a tus trabajadores una habilidad que les ayude a destacar en el competitivo entorno empresarial actual? Ayúdales a aprender un idioma.
Imagina que eres el responsable de contrataciones y te debates entre dos candidatos muy buenos para un puesto de gestión de cuentas.
Ambos tienen las habilidades técnicas, titulación y experiencia necesarias para llevar una serie de cuentas clave en el mercado francés. Según la descripción del puesto, también se valorarán positivamente los conocimientos de francés.
Laura, una de las candidatas, te ha conquistado con sus excepcionales habilidades de comunicación, su actitud positiva y su alto nivel de inteligencia emocional. Pero aunque habla inglés con fluidez y te ha dicho que le apasiona aprender idiomas, habla un francés muy básico.
La otra, Marta, es bilingüe en español y francés. Aunque en el proceso de selección ha quedado demostrado que conoce bien el sector y es competente, todo el equipo de contrataciones sintió más compenetración y afinidad con Laura que con ella.
¿Es buena idea dejar que las habilidades lingüísticas se conviertan en el factor decisivo en esta situación?
Muchos responsables de contratación optarían por hacerle una oferta a Laura, con la idea de invertir en formación de idiomas para ayudarla.
Aquí tenemos los cinco motivos principales de esta decisión:
1. Los idiomas se pueden aprender fácilmente… a diferencia de otras habilidades esenciales para el éxito profesional
“Si queremos asegurarnos de contratar a los mejores,” aconsejan Tsedal Neeley y Robert Steven Kaplan en Harvard Business Review, “quizá sea necesario aceptar ciertas limitaciones en cuanto a habilidades de idiomas y estar dispuestos a ofrecer formación para dar respuesta a las necesidades lingüísticas globales y locales”.
Further reading
En un mercado en el que, según un importante estudio realizado por Barclays LifeSkills, al 60% de los adultos les faltan habilidades transferibles fundamentales, no conviene centrarse exclusivamente en el nivel de idiomas si lo que pretendemos es reclutar al mejor talento.
Hay habilidades como la inteligencia emocional, la capacidad de asumir responsabilidades y una actitud positiva que son difíciles de definir y aún más difíciles de enseñar. Las habilidades de idiomas, en cambio, se pueden adquirir.
La inversión proactiva en la formación de idiomas permite la contratación y promoción interna de trabajadores con los que podemos contar de verdad, sin necesidad de hacer concesiones.
2. Retener, desarrollar y recompensar el talento en un solo paso
Es curioso, pero las excepcionales y valiosas habilidades que mejoran las opciones profesionales de un candidato—capacidad de escucha, paciencia, habilidad para conectar, flexibilidad e inteligencia emocional—suelen coincidir en gran medida con las habilidades necesarias para aprender eficazmente un idioma.
Esto significa que si reclutamos a los mejores en cuanto a habilidades, estaremos contratando también a los que más potencial tienen para aprender idiomas.
Por otro lado, las actividades que conlleva el aprendizaje de un idioma crean un espacio seguro que les permite a los trabajadores practicar y desarrollar sus habilidades clave, ya sea mejorando su capacidad de negociación en un role-play, acostumbrándose al software de comunicación online o aumentando su poder cognitivo con fichas mnemotécnicas.
El aprendizaje de idiomas potencia el desarrollo integral de los alumnos a nivel personal y profesional.
Y lo mejor es que es la formación de idiomas nos permite ofrecerles a nuestros trabajadores la oportunidad real de ampliar sus horizontes y sentirse valorados. Todos salimos ganando.
3. Abrir las puertas a nuevas oportunidades de negocio
Hace poco conocí a un vendedor de joyas en un mercado en Ámsterdam. Nacido en la República Dominicana, ha vivido en todo el mundo y es multilingüe.
En solo dos horas en el mercado, vende joyas en inglés, español, italiano, alemán y holandés. La capacidad para comunicarnos y generar confianza y afinidad con nuestros clientes potenciales facilita la conversación, aumentando nuestras posibilidades de cerrar la venta.
Por muy competitivo que sea nuestro producto, depender de que nuestros clientes utilicen un idioma distinto al suyo, del traductor de Google o de una empresa de traducción no nos va a dar la ventaja competitiva que necesitamos.
Al fin y al cabo, un texto traducido no basta para generar afinidad.
Invertir en formación de idiomas para que nuestros trabajadores puedan interactuar con los clientes en su idioma, aunque sea a un nivel básico, les permite entablar relaciones mucho más sólidas y fructíferas.
4. Mejorar la estrategia de movilidad internacional
En una encuesta de 695 directivos realizada por Ernst & Young, solo el 25% afirmó tener una estrategia de movilidad internacional.
Una visión proactiva de la movilidad internacional que incluya la formación de idiomas es fundamental para mejorar el desarrollo del negocio, el compromiso de los trabajadores, la retención y desarrollo del talento y los beneficios.
Invertir en formación de idiomas y convertirla en parte integral de nuestra cultura corporativa es una forma segura de llevar nuestra estrategia de movilidad internacional al siguiente nivel.
Further reading
Cuando una empresa decide trasladar a un empleado, suele poner en marcha la formación de idiomas en las semanas inmediatamente anteriores a su marcha.
A menudo, cuando la formación se deja para el último momento es por las limitaciones presupuestarias. Pero tener una estrategia que incluya la formación de idiomas como parte de la cultura corporativa normaliza este tipo de aprendizaje y logra que nuestros trabajadores acojan con más entusiasmo la perspectiva de un destino internacional.
Empezar antes con la formación de idiomas, además, nos puede ayudar a medir el compromiso del trabajador y decidir si encajará bien en el puesto.
5. Fomentar el bienestar general de los trabajadores
Hay muchas formas de invertir en nuestros trabajadores. Sería estupendo tener la certeza de que el dinero que nos gastamos no solo mejora sus habilidades, sino que además genera un efecto positivo generalizado y a largo plazo sobre su salud y capacidades cognitivas, ¿verdad?
Al invertir en las habilidades de idiomas de nuestros trabajadores, es posible que les estemos sumando años de vida, ya que estaremos luchando contra los efectos de enfermedades como el Alzheimer.
Así de valioso es invertir en formación de idiomas. En un estudio realizado entre más de 200 personas que sufrían la enfermedad, los participantes bilingües empezaron a mostrar síntomas una media de 5,1 años más tarde que los monolingües.
El estudio demostró que la formación de idiomas ayuda al cerebro a procesar la información de forma más eficiente y retrasa el declive cognitivo.
Además de prevenir las enfermedades degenerativas, el bilingüismo se asocia también a un mejor desempeño de las capacidades cognitivas, incluida la memoria y la habilidad para cambiar de una tarea a otra. El aprendizaje de idiomas también mejora, según los estudios:
- La habilidad de simultanear tareas
- La percepción
- La capacidad de toma de decisiones
- El dominio de nuestro propio idioma
- Las habilidades comunicación en general
Otra vez, todos salimos ganando: no solo disfrutaremos del agradecimiento de nuestros empleados por haber invertido en su desarrollo personal y expectativa de vida; también nos beneficiaremos de la mejora en su rendimiento.
Una visión global
Invertir en formación de idiomas añade mucho valor con una inversión muy pequeña en términos relativos. Antes de la era de los smartphones, las habilidades técnicas eran la principal moneda de cambio en el mercado laboral. Sin embargo, hoy en día está ampliamente aceptado que la meta-cognición y las habilidades personales son vitales para garantizar la eficacia, motivación y retención de los trabajadores y su capacidad para adaptarse a los mercados cambiantes. Por tanto, no estamos hablando solo de saber lo que significa una palabra en otro idioma, sino de la cognición y apertura de miras que se gana y que de verdad logran añadir valor a una organización.